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¿Sanar o curar? Descubre qué diferencia a la sanación de la curación.

  • Foto del escritor: Marcos
    Marcos
  • 1 may
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 18 ago

Sanación espiritual

En el transcurso de nuestra experiencia vital, experimentamos situaciones que nos causan dolor, ya sea físico o emocional. Ante estas circunstancias, aparece una búsqueda de soluciones. Dos conceptos que frecuentemente se confunden en este proceso son curar y sanar. Aunque puedan parecer sinónimos, existe una profunda diferencia entre ambos que puede transformar radicalmente nuestra comprensión de la realidad. Por cierto, te recomiendo leer la entrada del blog titulada No-dualidad y sanación si quieres profundizar en este tema.


La curación: la ilusión del control

La curación, en su sentido tradicional, se enfoca en eliminar o modificar aquello que consideramos indeseable. Cuando buscamos curar algo, partimos de la premisa de que hay algo malo o incorrecto que necesita ser cambiado o eliminado. Este enfoque parte desde un punto dualista de la vida, afirmando que:


  • Yo soy este cuerpo

  • La vida que experimento es la vida real

  • Yo tengo control sobre la vida y puedo modificarla


En la curación, nuestra energía se dirige hacia la lucha contra aquello que no queremos desde la identidad de un individuo separado de lo divino, separado de la confianza, de la verdad, de la paz.

Podrías pensar: «bueno, es que yo me experimento como una persona y no quiero tener este malestar». Y no te falta razón. El problema es que esta visión proviene de la mente, y no del corazón, fuente de la verdadera sanación.

No podemos negar nuestra realidad como humanos, pero tampoco podemos olvidar nuestra realidad divina, como el Ser, donde se disuelve la identidad y se acoge al Todo en nuestro interior.

La sanación: el reconocimiento de nuestra verdadera naturaleza

Sanación

La sanación representa un camino completamente diferente. No se trata de intentar modificar lo que aparece en nuestra vida personal, sino de despertar a nuestra verdadera identidad como el Ser, como la Paz misma. La sanación nos invita a:

  • Reconocer que, en última instancia, no somos el personaje con el que nos hemos identificado, sino que este es expresión de lo que realmente somos

  • Comprender que, desde el Ser, los eventos simplemente suceden y no necesitamos buscarles causas

  • Recordar nuestra verdadera naturaleza como Paz inmutable

La sanación no intenta cambiar el guion de la vida, sino que cambia nuestra relación con él al reconocer su naturaleza. Es como darse cuenta, dentro de un sueño nocturno, de que estamos soñando. De ahí que maestros como Ramana Marharshi o Nisargadatta Maharaj no tuvieran ningún interés en curar sus enfermedades. Ya estaban anclados en el Ser, lo que ocurriera en el plano físico no podía alterar quiénes eran.


Seguramente estás pensando: «muy bonito, pero inviable en la práctica». Y nuevamente, no te falta razón. Tenemos que ser muy honestos con nosotros mismos:

Si no experimentamos la vida desde esa Paz (al menos parcialmente), no tiene sentido aplicar forzosamente esta teoría a nuestra vida.

Puedo intentar aplicar toda esta teoría a mi vida, pero si yo no conozco aún mi identidad en el Ser, solo estaré fingiendo que estoy en paz, enseñando a mi ego cómo comportarse. El ego podría creer que se ha iluminado o alcanzado un estado superior. Esto es lo que se conoce como «ego espiritual» y es una etapa por la que pasa todo buscador, pues antes de atrevernos a diluir nuestra personalidad en el Ser, fingimos hacerlo por miedo a la muerte de lo que siempre hemos creído ser.


Cuando la sanación produce curación

Uno de los aspectos más interesantes de este proceso es que, con frecuencia, cuando nos identificamos con nuestra naturaleza de Paz, el guion de la vida parece cambiar. Al igual que nuestro estado durante el día puede influir en nuestros sueños nocturnos, nuestro estado de conciencia puede reflejarse en la vida física.


  • Situaciones que parecían problemáticas se resuelven sin esfuerzo

  • Se curan enfermedades

  • El mundo parece responder a nuestra paz interior

La curación (física o emocional) es una consecuencia de la sanación (cambio de perspectiva).

Así pues, todo aquel que busque curación debería emprender una camino de autoconsciencia. Cualquier vía que ayude a calmar la mente, activar el corazón y entregarse será beneficiosa.

Algunas personas encuentran esto en:

tradiciones espirituales (advaita, cristianismo, sufismo, etc.), grupos de meditación, yoga, taichí, qi gong, Reiki, voluntariados, baile, arte, naturaleza, etc.

En resumen, curar es la consecuencia de sanar, por lo que la relación entre ambas es de tipo causa-efecto, y esa es su diferencia.


Pero a veces lo anterior no parece suficiente para sanar del todo o curar aquello que nos impide sentirnos abundantes. Y esto es porque todos tenemos heridas profundas con las que estamos tan identificados (por resistirnos a ellas) que necesitan una atención consciente.


Las heridas del alma

Todos portamos «heridas del alma», emociones que no parecen responder ante nuestro intento de aceptarlas o de integrarlas. Podemos aprender a vivir en estado de presencia, sin juicio, aceptando en paz todo cuando ocurre, pero siempre hay temas que nos tocan, que saltan sin control y que nos frustran. Sentimos que nos frenan en nuestro camino espiritual porque nuestra paz siempre se ve perturbada por estas emociones.


Estas heridas están grabadas a fuego en nuestra alma, fruto de un largo proceso de rechazo, de esconderlas para que hagan ruido y no nos afecten. Nuestro rechazo hacia ellas ha sido tal que nos cuesta la vida mirarlas cara a cara, aceptarlas y entregarnos a ellas. Aquí es donde el sanador puede guiar al paciente para sacar a la luz dicha herida y empezar a mirarla, escucharla, integrarla y sanarla.

Si queremos anclarnos en la paz de forma permanente, habremos de mirar nuestras «heridas del alma» cara a cara.

En los cursos de Reiki Tradicional Japonés ofrecemos técnicas para reconocer estas heridas y sanarlas. Trabajamos la valentía para ser capaces de pararnos a sentir y dejamos que la consciencia-amor-reiki se encargue de estas emociones. Si te interesa formarte en esta disciplina o informarte sobre sesiones individuales, estaré encantado de ayudarte.

 
 
 

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