Sanación Reconectiva vs Reiki
- Marcos
- hace 7 días
- 5 Min. de lectura

Cuando aprendí Sanación Reconectiva, Eric Pearl nos enseñó que ya no tendría sentido seguir practicando otras terapias energéticas que conociéramos, pues la Sanación Reconectiva (SR) abarca un gran número de frecuencias energéticas. Esto quiere decir que, al hacer una SR, si es necesario para el cliente, la frecuencia del Reiki, por ejemplo, será una de las participen en la sanación. ¿Es esto realmente así? ¿Está entonces el Reiki «desfasado»? A continuación vamos a analizar qué nos ofrecen ambas prácticas camino espiritual y como método de sanación.
El Reiki como camino espiritual
En Reiki trabajamos con el Amor incondicional para aprender a fundirnos en él y trasmitírselo a otros. Cuando hay Amor, el miedo desaparece. Cuando el miedo desaparece, la confianza aumenta. Cuando vivimos sin miedo y con confianza, nuestro cuerpo, mente y espíritu se armonizan. El Amor te enseña a confiar, a soltar el control, a perdonar, a aceptar a los demás, a dejar de juzgar. Reiki trae Paz tanto a quien lo da como quien lo recibe.
Reiki te enseña prácticas para vivir desde la calma y alcanzar la paz interior. Es un camino de compromiso diario, de autoconocimiento y de elevación espiritual.
La Sanación Reconectiva como camino espiritual
Formalmente no es un camino espiritual, aunque las condiciones necesarias para ofrecer sesiones de SR pueden convertirse en una filosofía de vida, ya que incluyen la confianza, despojarse del ego, etc. Formarte en SR no te da herramientas específicas para el día a día, pero es cierto que, si interactuamos con las frecuencias a menudo, estas nos instruyen de una forma intuitiva. No obstante, en los últimos años, Eric Pearl ha enfatizado mucho la parte más espiritual de la SR —Libro: El camino directo hacia la sanación—.
El Reiki como método de sanación
Tenemos conocimiento de que Mikao Usui, creador del Reiki, alcanzó un estado en el que era capaz de sanar a otros en apenas unos minutos y afirmaba que con su método se podía curar cualquier enfermedad. No obstante, en la actualidad se dice que Reiki es una terapia complementaria y que no cura enfermedades. ¿Por qué esa diferencia? Sencillamente porque no se practica el Reiki que Mikao Usui descubrió.
El Reiki actual está lleno de miedos que nos limitan. Los reikistas se protegen antes de una sesión —miedo—, dibujan símbolos por inercia —inseguridad—, añaden otros elementos a la sesión como cuarzos o sonoterapia —creencia de que el Reiki no sea suficiente— y muchos otros rituales que solo reafirman una inseguridad muy bien camuflada. Esto actúa como una puerta entreabierta que solo deja pasar un poco de Reiki. Hay Amor, y el reikista lo siente y lo celebra, pero hay limitación también.
Cuando a Reiki se le quita todo lo que le sobra recupera su potencia y entonces entendemos que la SR y el Reiki no están tan distantes.
La Sanación Reconectiva como método de sanación
La Sanación Reconectiva obliga al practicante a confiar, a lanzarse por completo, a no mirar hacia los lados. Te obliga a olvidarte de tu mente, de ti mismo, a entregar tu cuerpo a la sanación. Te convierte en un receptor de frecuencias energéticas —en plural—. No se trata de la frecuencia del Amor incondicional únicamente, pues entran en juego otras frecuencias que no necesariamente se van a sentir cálidas y amorosas, igual que el mejor cirujano del mundo no tiene por qué ser la persona más cálida. En la misma sesión la energía se puede sentir amorosa, seria, fría, cálida, potente, suave, etc., según esta se reformule para sanar al paciente.
Como modalidad de sanación, es indudablemente más completa que el Reiki occidentalizado. Yo creo que el Reiki, como lo usaba Mikao Usui, era muy similar a la SR: pura intuición y entrega.
En mis años de reikista nunca vi una sanación espontánea, y tan pronto como empecé a practicar con la SR, mis pacientes empezaron a tener sanaciones inexplicables.
¿Entonces aprender SR es mejor que aprender Reiki Tradicional Japonés?
El problema de la SR es que para trabajar con ella es necesario un estado de calma mental y de entrega que difícilmente se consiguen simplemente con hacer un curso. Los primeros días tras el seminario, el alumno siente aún la energía, se siente empoderado porque sabe que dentro de él habita esta energía que puede compartir con los demás, pero con el tiempo pueden aparecer las dudas, la inseguridad, la falta de resultados y aquel seminario que tanto le dio acaba percibiéndose como un sueño. Sin una práctica diaria de elevación espiritual, de autosanación o de sanación a otros en consulta es muy fácil sentir que hemos perdido ese «poder» y acabar recurriendo a nuevas técnicas que nos den mayor seguridad.
El Reiki Tradicional Japonés, sin embargo, aumenta tu confianza y entrega día a día, pues se centra especialmente en la autosanación. Esto hace que, cuando ofrecemos una sesión, nuestra mente no bloquea el flujo energético con sus dudas. Además, al estar dividido en niveles, la enseñanza es gradual y segura. Sin embargo, aprender SR es como saltar de golpe al último escalón sin haber pasado por los anteriores: es sorprendente al principio, parece un gran atajo que nos ahorra años de búsqueda, pero sin una base que lo sostenga —ya sea de la experiencia personal de vida o de otras prácticas—, es complicado mantenerse ahí.
Es por ello que en mis cursos de Reiki trabajamos la confianza, la valentía y la entrega activamente en el segundo nivel antes de aprender la sanación espiritual en el Nivel 3.
Conclusión
Ambas prácticas son poderosas, una como camino espiritual y otra como modalidad de sanación, y cuando se unen, tenemos el método perfecto. Para mí el Reiki Tradicional Japonés, tal y como lo enseño —no puedo hablar de otras escuelas—, es un camino espiritual de indudable valor que te enseña las condiciones necesarias para llevar a cabo las sanaciones de tercer nivel con seguridad. Por su parte, la Sanación Reconectiva nos enseña a ser simples, a despojarnos de lo que nos limita y a entregarnos a lo que quiera expresarse a través de nosotros, pero sin una base capaz de sostener todo eso en el tiempo, es difícil de mantener.
Podríamos compararlo con los maestros neo-advaita —vertiente fast food de la no-dualidad— que afirman que es posible iluminarse de repente en uno de sus satsangs —reuniones—. En estos eventos, muchos asistentes sienten haberse iluminado y el maestro les confirma que es así. Sienten un gran éxtasis que puede durar horas, días o semanas, pero luego vuelven a sus vidas y la mayoría de ellos se sumen en una gran depresión porque sienten que han perdido aquello que creyeron conseguir. Es relativamente fácil provocar en otros una experiencia emocional fuerte, pero es solo eso, una experiencia, y como toda experiencia, es pasajera. Si te interesa este tema, te recomiendo el libro Después del éxtasis, la colada.
Comentarios